sábado, 28 de enero de 2023

El auge de la IA



El mundo está apunto de cambiar “otra vez”.  

OpenAI, empezó como una organización sin ánimo de lucro creada por (adivina quien) Elon Musk y Sam Altman. La idea era promover un desarrollo justo de la IA, democratizarla para beneficio de toda la humanidad. 
En 2019 Musk abandona el cargo en OpenAI y ese modelo “sin ánimo de lucro” deriva en un modelo mixto capaz de poder financiar su supervivencia, OpenAI abre una ronda de inversiones y aparece Microsoft que invierte mil millones de dólares.  Desde luego una inversión arriesgada por parte de Microsoft si se considera que aún en 2019, los modelos generativos de imagen y texto como ChatGPT aún eran ciencia ficción pero estamos hablando de Microsoft. 

El 30 de noviembre de 2022 es la fecha de lanzamiento de ChatGPT. Se trata de un modelo conversacional basado en un modelo anterior (GPT-3.5), que es capaz de interactuar con un humano respondiendo preguntas en cualquier idioma incluso es capaz de generar código de forma de forma tan eficaz como lo haría un humano, tanto que asusta un poco. De repente esta forma de IA ya no es sci-fi y aquí viene la jugada maestra de Microsoft, parte de esos mil millones invertidos en OpenAI están en créditos de uso de su plataforma Cloud Azure. ¿Por qué? Porque en el campo de la inteligencia artificial uno de los mayores problemas para efectuar desarrollo e investigación es la gran potencia de computación necesaria para entrenar modelos, así que OpenAi se garantiza desde el principio poseer poder crear computación ilimitada. 

Mientras que Microsoft, que ha dado otra vez en el clavo, va perfilando su modelo de negocio para rentabilizar la gran inversión realizada. Va a haber miles de empresas que querrán crear servicios basados en ChatGPT y la gran malloría querrán un modelo funcional, estarán dispuestas a pagar por el acceso a una API que les devuelva directamente los resultados de consultas a la IA que, además funciona en Microsoft Azure.
De mientras, hay otro actor en esta apasionante historia que aún no se ha pronunciado, hablamos claro está de Google. El gigante con su proyecto DeepMind, no se va a quedar de brazos cruzados viendo a Microsoft comerse todo el pastel. Google tiene tanto poder de computación Cloud como Microsoft (o más) y estos días ha sido noticia que Google ha convocado a sus creadores  Larry Page y Sergey Brin para que vuelvan a primera línea en la batalla por la posición predominante en el campo de la IA. 

Todo esto no es más que la punta de iceberg de todo lo que se nos viene encima. Vivimos sin duda un tiempo tan excitante como cuando apareció la primera internet o el iPhone probablemente mucho más, un tiempo que está apunto de cambiar para siempre nuestra forma de vida. 

 

Todo no es de color de rosa 

 
“El éxito en la creación de la inteligencia artificial podrá ser el evento más grande en la historia de la humanidad. Desafortunadamente también sería el último, a menos de que aprendamos cómo evitar los riesgos”.
 
Esta frase fue publicada por Stephen Hawking en un artículo para The Independent en 2014. El famoso físico también publicó un artículo en conjunto con los expertos Stuart Russell, especialista en computación, y los físicos Max Tegmark y Frank Wilczek en el que se advertía de los pocos estudios serios que se habían realizado más allá de el Machine Intelligence Research Institute y el Future of Life Institute" advirtiendo que que la comunidad científica aún no se estaba preocupando lo suficiente por mantener bajo control un eventual sistema de inteligencia artificial autónoma el día en que se descubriera.
 

¿Qué es la inteligencia artificial?

 
En 1950, el matemático Alan Turing se hizo una pregunta: “ ¿Pueden pensar las máquinas?”. Esta simple pregunta transformaría el mundo. El artículo de Alan Turing «Computing Machinery and Intelligence» y el consiguiente «Test de Turing» sentaron las bases de la inteligencia artificial, su visión y sus objetivos.
 
El objetivo de la inteligencia artificial pretende responder afirmativamente a la pregunta de Alan Turing, es decir pretende replicar o simular la inteligencia humana en las máquinas. Este ambicioso objetivo plantea muchos interrogantes y suscita el debate. Por ello, aún no existe una definición única de inteligencia artificial. 
En un intento de remediar este problema, Stuart Russell y Peter Norvig publicaron el libro «Artificial Intelligence: A Modern Approach».
 
En el  libro, los dos expertos unifican sus trabajos sobre el tema de los agentes inteligentes en las máquinas. Según ellos, «la IA es el estudio de los agentes que reciben percepciones del entorno y realizan acciones».
 
Otra definición moderna describe la IA como «máquinas que responden a simulaciones como los humanos, con capacidad de contemplación, juicio e intención». Estos sistemas son capaces de «tomar decisiones que normalmente requieren un nivel humano de conocimiento». Tienen tres cualidades que constituyen la esencia de la inteligencia artificial: intencionalidad, inteligencia y adaptabilidad.
Estas diferentes definiciones pueden parecer abstractas y complejas. Sin embargo, ayudan a establecer la inteligencia artificial como una ciencia informática. 

Dejo algunas capturas de mi primer contacto con ChatGPT



Aquí le pido que me escriba un programa en PHP que imprima por pantalla 4 veces el texto “Hola mundo”. No solo me lo escribe perfectamente funcional si no que me lo explica al detalle;






 

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